17.9.14

La pequeña historia del Niño Mutante

En el año 1995, en el planeta Tierra, en un territorio conocido como Distrito Federal -un lugar realmente muy extraño- sucedió un evento que cambiará totalmente el curso de la Humanidad...


Era una mañana caliente. La temperatura había aumentado considerablemente desde hace horas. Esto puede parecer insólito e inaudito, pero en este lugar en particular estos sucesos son más que comunes.

Cuando el barullo de las multitudes dirigiéndose a su lugares de trabajo se encontraba en pleno auge, cualquiera que haya puesto un poco de atención, hubiera percibido sin dificultad un llanto grotesco que helaba la sangre.

Éste procedía de un callejón cercano al coloso Estadio Azteca. Los gritos eran originados por un niño recién nacido pero abandonado a su suerte. Pero este niño no era normal.

Habiendo nacido entre tanto contaminante, su cuerpo se adelantó a la evolución natural, naciendo mutante. Su cuerpo fue de ozono y su cabeza de imeca.

Este niño creció solo, creyendo ser normal, pero sentía que la gente lo miraba feo, aunque él pensaba que era por el hecho de vender chicles.

Y así, en sus varios intentos por tener amigos, se acercaba a las escuelas. Pero los niños se burlaban de él y le empezaban a gritar: "¡Niño mutante! ¡Niño mutante! ¡Baila como Pedro Infante!", sin cesar.

El niño, sin conocer siquiera a Pedro Infante, levantó una mano, levantó la otra, movió la cabeza y comenzó a bailar como loco.

Ya después de aquella ocasión, todos le coreaban:
"¡Niño mutante! ¡Niño mutante! ¡Baila como Pedro Infante!"

La gente poco a poco se empezó a dar cuenta que en los días de verano, cuando es insoportable encontrarse en las calles (por aquello de las incontinencias ambientales) solamente una person era capaz de seguir una vida normal. Y es que al niño mutante la polución de la ciudad de México no le provocaba tos.

Como es sabido, en México la gente es muy supersticiosa y se dejó encandilar con los superpoderes que aquél niño poseía.

Rápidamente se corrió el rumor de un niño mutante que realizaba milagritos y favores. En poco tiempo la gente iba a la Basílica a pedirle indulgencias al Santo Niño Mutante. Vaya, hasta estampitas venden. A peso. Durante los últimos tiempos se ha sabido de un grupo -un tanto numeroso- que se unió para pedir que el niño mutante sea formalmente reconocido como santo.

Y mientras este fenómeno sigue creciendo y que no parará hasta ver convertido en un dios mitológico al niño mutante... a nuestro pequeño héroe urbano ya se le ha dejado de ver en la luz pública. Pero si pones atención, en las noches profundas del DeFe lograrás escuchar un corito que repetirá: Niño mutante, baila como Pedro Infante...

Esta historia está basada en hechos ficticios, a partir de la canción "Niño Mutante" del grupo Yucatán A Go-gó.

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