Enseñando sus garras, arañando el tiempo entre los colchones mentales y nuestras propias ensoñaciones... Ciudad Nopal muestra su furia (no, soda stereo no tiene ná que ver por estos rumbos). Me cae, es una madre desnaturalizada: nosotros, sus hijos, morimos y caemos como bultos mecanizados entre tanto movimiento rutinario y a ella le vale. No todos los paridos estamos destinados a mamar del seno laboral.
Buscando trabajo y opciones. Buscando experiencias y fracasos. Añadiremos a nuestros papeles solo frases rimbombantes, sonoras y adornadas, para tratar de destacar entre la masa del pastel.
¿Y? Pues solamente buscamos para convertirnos en un ingrediente más. Vaya gustos. Vaya necesidades. Qué formas de vivir.
Cruzados de brazos, oxidando el calendario, regalando conceptos, subjetividades, ideas, ilusiones... sueños. Mientras se pueda vender, hasta el cuerpo es bueno. Hay pa' tós. Esperanzas en el teléfono; máquinas que contestan y esperamos convertirnos en robotoides humanizados. Nuestra vuelta al vientre materno en un cubículo de dos por dos. Suficiente espacio para dejar la vida en un momento muy laaargo.
Periódico en mano, tostones pa' los camiones, un cafecito para darse ánimos. Y buena presentación, la buena presentación claro que cuenta. Córtate las uñas, ponte talco para no sudar, haz ejercicios bucales para hablar fluídamente. Concéntrate y clarifica tus ideas. Sé tu mismo y a la vez finge que quieres el puesto, cuando ya estás pensando en la fecha que renunciarás. Y volver a empezar, según el plan. Claro, si es que no te despiden antes. Si es que antes te contratan. Irónico.
Son cosas que pasan, y qué animos de contarle a la gente de cosas que pasan. Suelta la guitarra, prepárate y verás que el mundo no muerde, solo hiere.
Busco trabajo, busco mi miedo, yo también busco salir del cascarón estimado Sinclair.
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