
Bajo la samba luna que se agrieta al paso veloz de unos pies descalzos (si esto fuera posible, andarían tras las tiras de cuero), rumiante, excitado, doloroso y bajo la pena soberbia de saberse un secreto oscuro, aunque todavía era de día, las nubes no tardarían en cerrar puertas al sol, iba Ioxi a trote no tan lento como sus fuerzas le permitían.
Encolerizado por unos instantes, pero nervioso más por la noticia, había decidido dirigirse a aquella población a alertar la desgracia que reinaría con el cobijo del manto nocturno.
¡Qué bajomundo habría permitido tal hecho!
La túnica rasgada por la prisa y el viento de quien corre tras su familia, era la fiel armadura de aquél obrero y peregrino. No había más que hacer ahí que correr.
Tiembla el destino al saberse descubierto bajo las reglas del tiempo que transcurre en busca de la eternidad. ¿Cómo haberlo predicho antes? Nada, ni el cielo ni las bestias habían advertido siquiera sobre la locura que se aventuraba a reprochar los dolores íntimos que agonizaban dentro de la maraña de perfumes y menjurjes. El fin de aquéllas avecillas ya se conocía pero todos quieren escuchar la historia una y otra vez, será el perverso deseo de oír las ruines lanzas atravesando cuerpos.. será una culposa complicidad de pensamientos y actos.. será todo y nada.
Será que esta noche que viene ha llegado más temprano que siempre.
¡Qué fácil es morir y hacer morir!
Y con el canto de lágrimas la inocencia se ha perdido... derramadas como vasos en tinieblas, como hojas sueltas en el aire, el fuego atizado surge nuevamente y más nada se pudo hacer. Imposible prever lo anunciado en su hora exacta.
* *
Ioxi, llega a la puerta de aquella cueva, saluda y sin más que mudas expresiones de horror descubre lo inesperado, lo temido... En su loca huída, tuvo que encontrarse frente a sí lo que le perseguía. Ya no eran imágenes en su mente, era el fin de su todo, la gloria de Davo fue resuelta fríamente.
...y sin más que él mismo, lloró.
17-10-09
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