18.9.14

He renacido en una nube de smog...


Sí, ya estoy en nuevos lugares, por fin decidí escribir por este medio de mis nuevas aventuras callejeras dentro de la defectuosa ciudad de México.

Yo soy de los que opinan que todos los cambios traen algo bueno. Sigo anunciándome como parte de las estadísticas, no se siente tan bien, aunque tampoco es tan gacho, que me ha dado tiempo para acomodarme y adaptarme a esta ciudad. Vaya que he recorrido largas distancias, y me he metido a lugares que no imaginaba existieran. A ver qué más funciones tiene esta feria.

Por lo pronto, aquí estoy de vuelta, con los mismos ánimos de siempre, pero hay algo distinto. Eso sí, cómo extraño las jericallas.

Gracias a todos los lectores que de pronto caen en esta trampa de aburrimiento que es mi intento de blog-diario, un escape de la realidad, un oasis agotado, mi pequeño rincón para explorar mis ideas y masticarlas hasta perderles el sabor.

Ahora, a empaparme del aliento smokiano y ése acento chilango (eso sí, mi tonito de rancho me delata). Y si nada resulta, no me quedará nada más que vender el concepto de los tamales nalgueados.

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