A manera de: Top n de las canciones que me destrozaron en el 2008
Qué tal!
Como en casi todos los weblogs del mundo, hasta de los imaginarios y primitivos, encontramos siempre aquellos listados de lo más (____), a evaluación personal y alegre. Es así que me uno al cliché contemporáneo hasta que la falta de creatividad aguante.
Por lo tanto, aquí les va una especie de listado-recomendación-dame-de-eso-que-me-mueve-mami, para aquellos iniciados en el ámbito músical radical conservador. Viva la magia, viva la suerte y viva TinTán. Espero les agrade, y si algo os ha interesado mis amigos, pídanla cantando:
1. Bella Ciao. Esta canción ya la había escuchado antes, pero en varias reinvenciones y a distintos tiempos. No sabía que había una original (cantada por una señora, y la grabación parece viejísima, un rescate del tiempo) pero oh sorpresa fue encontrar no solo la primera de todas, sino dos discos diferentes con muchas, no podría decir que todas, versiones que se han hecho. Rola para coro sísmicos comunales sazonados con vino campirano y giros a diferentes ejes.
2. Hold Tight. De la película de Tarantino (Death Proof), y con la participación estelar de los internacionalmente irreconocibles Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Titch. Para mí, es la creación de un nuevo género musical: el Garage-Psicodhelic-Setentero-Aturdizante-Road-Cadillac-With-Me. Simplemente los coros se llevan los aplausos. Digna para ser escuchada a todo volumen en carretera.
3. Alfie. Directo de Lilly Allen, esa chica de rostro regordete pero que es la sensación popera de mis delirios más fresas. Una canción inocente para acompañar con dulces blancos y rojos, y con escenografías al estilo videojuego ochentero. Placeres felices, buena para alegrarte el día, donde habitan monstruos que te comen mientras te hacen reír.
4. I will survive. Sí, doña Gloria sigue vigente. Pero a su modo... pinche canción ha sobrevivido a tantos años que uno diría, chale, ya está cansón escucharla. Oh, pero me mataron dos versiones, una ya también clásica, con Cake y su foquin estail a guitarrazos y trompetilla (grupo que por cierto recuperé de entre mis gustos gracias a este cover); la otra versión y no de menor calidad es la que hice también ya hace como 15 años (supongo) el amigo salmón de Andrés Calamaro, también a su peculiar estilo. Buena canción, buenos intérpretes. Y a sobrevivirla en un camión en hora pico: dedicada al Jarry cada vez que se encuentra en el taller.
5. Babel. Viene en el OS de Babel (aquella joyita sacada del genio de Santaolalla), nos presenta este diamantín la gente de Nortec. Lo más gitano de estos chavos que le hacen al cuento de que tocan grupero con efervescencias electrónicas (mueve-tel-boote-loope). Solo échenle salecita al tequila mientras degustan el taconaco tijuanense.
6. Bubamara. Emir Kusturika fue una de las revelaciones del año en mi Salón de la Fama Musical Mental. Alegre, pintoresca, la reinvención de mi concepto de ser gitano. Pero vaya, si antes me interesaba en aquellos Sin-Patria-Ni-Bandera, que no necesitan de eso para tener una identidad cultural. Solo para borrachos que gustan de cantar incoherencias a mitad de la noche en un círculo de abrazos. Salud y que el Underground no perezca! (como alternativa auditiva, escuchen el Bubamara Pasa, con sabor andino).
7. Xóchitl. El Sr. Flavio (LFC), presentó hace unos años, en su etapa solista, unos discazos de los que desconocía. La más bella flor de su inspiración quizá sea este pedazo de nube, una tierna baladita para caminar y cantando al oído a aquella personita que hará florecer esas mariposas. Su género es indescifrable y a la vez tan conocido que en cualquier corazón latino pueda sentirse asi, tal cual es. Vamos chicas, entréguense en su esplendor y les dedicaremos este tipo de musas estereofónicas.
8. No me digas que no si quieres decirme que sí. Pequeño título para una gran canción de los chilenos de Pánico. Una rolita abrasadora al estilo baladita-romántica-y-desesperada-para-que-me-des-lo-tuyo con el candor rockerón. Un buen experimento de hace varios ayeres que también descubrí en este año. En otras palabras: No te hagas canija y quiéreme. Así sea. (¿Así o te ruego más, mamacita?)
9. El relámpago (live-vivo). Ándale María que se nos viene la lluvia! La nueva reyna mejicana surgida del corazón oaxaxeño (huajaqueño), Lila Downs, desde hace un tiempito nos madrugó esta rolita de la tierra caliente michoacana. Y en vivo un espectáculo que te invita a bailar al ritmo del violín y el arpa. Un deleite de aquestos lares (pa sazonar un ratito el chile, arre).
10. Todo se transforma. Un sistema cerrado, una ley universal, una letra chingona y fácil de reconocer. Esa frasecita que de niños tuvimos que aprender y que a estas alturas, nos hace darnos de topes. Un Jorge Drexler que en directo nos recuerda que nada se pierde escuchando esta canción.
11. Nadie va a Durango. Norteño fronterizo y de golpe duro, seco y blasfemo. Perdido en el desierto de la voz de un tal Jaime López, que le canta a la tierra solitaria de su norte querido. Pongámonos pues el sarape y aúllemos a la soledad de la guitarra de 5 cuerdas (y el latigazo del ojo).
12. Otra vez lo arruiné todo. Uníos al Club Auténtico Decadente y pidamos perdón con el cinismo de saber que no nos corregiremos. Ponle a tu parejita esta baladita rockera por el celular, porque también merecemos esa oportunidad de cometer el mismo error. No apta para fieles.
13. Y si no fuera. Baladita cumbiera, al son latino... pegando directo al corazoncito desgarrado. Chico Trujillo y su grupo recrean este recorrido melancólico, desnudándonos de que no hemos de alcanzar todo lo que buscamos. Nunca llorar y bailar al mismo tiempo se me habían antojado tanto.
14. Miradas de amor. Lost Acapulco, junto a Danny Amis (Los Straitjackets) demostrando que el amor playero existe no solamente en nuestras calenturas juveniles. Para compartir caguama con tu morrita (o tu peor-es-nada) para terminar en un revolcón arenal al ritmo del truene de guitarrazos y tambores salpicados de sal. Aaaaay pasión no me olvides!
15. Black is Black. Otra rolita de esas que ya son clásicos y que por azares del destino las he reencontrado detrás del baúl de los recuerdos. En esta ocasión, presentada por (de nuevo) dos: en una esquina, presentando a Ajo y su Órgano Oriental, sí! así como leyó, una muestra instrumental de lo que es adaptar una canción buenorra en un bailete-fandango-organillero-mágico-kitsch-rupestre al son cubano. En la otra esquina nos encontramos al cuarteto pocho Straitjackets, donde a modo karaoke latino, nos traen la versión traducida al surf-poderoso que estos chavitos han patentado. Nada mejor que este tributo a la dichosa canción. La canción más triste-alegre y desesperada, que te llena del deseo de desangrarte mientras sonríes en la tina.
16. Kalasnjikov. El otro maestro gitano, Goran Bregóvic (quien por cierto visitó el circo zapopano a medio año) nos invita a bailar en el desmadre alegórico e intraducible, para mí pobreza de lingüista. Trompetas, trombones, tambores, y coros nos aceleran el ritmo y que chingue a su madre el que no se mueva, que la vida es una pachanga.
17. Esto es lo que hay. Los Amigos Invisibles, presentes en una noche tan linda como esta, demostrando qué es lo que tienen. Poder venezolano, para aquellos modestos que saben dar cariño a las nenas lindas. Y a quien no le guste, que se aguante. Sabor pa´mi!
18. Dónde estará. Para todos aquellos amantes del lejano bolero cubano, Polo Montañez comparte parte de su alma desorientada para que nos perdamos también en el llamado de la selva. El amor ciega, dicen, y así nos vamos tropezando en la melancolía de sentirnos solos si no hemos sido correspondidos. No tiene pierde esta canción.
19. My wandering days are over. Habemos quienes pensamos que los mejores días han pasado de largo sin la esperanza de repetirse. Esta canción, para esas situaciones de nostalgia amante, y noches de insomnio, nos levantará el ánimo a voz de Belle & Sebastian. El toque de la trompeta auténtico y exquisito. Salido del Os Juno B-Sides. (De hecho, todo el disco es ampliamente recomendable, al igual que la película).
20. Daniela. La Bandita del Firulete nos trae la cumbiaflais-punch-alcohólica, y aunque nos duela también, no dejaremos de escuchar el desquite a Daniela (inchi vieja que no sabe querer). Fandango gitano, para bailar en tus fiestas quinceañeras, bodas y bautizos. Ya saquen el mezcal.
21. Cliché latino cliché gringo. Cumbia rollinga malinchista pachanguera, listos para mover las caderas al ritmo que impone Kevin Johansen. Mordaces palabras que hieren en las venas que aún tenemos abiertas. Y sí, pinches gringos... y nosotros que nos disfrazamos de estereotipos.
22. Muy muy temprano. Algo tarde para muchos, nos llegó el regreso de los Fabulosos Cadillacs, con nuevo material, que fue una decepción para los melancólicos que esperaban algo distinto. Qué?, en serio que no sé, yo mientras me desdibujo entre la brisa de esta rolita que trae buenos recuerdos y donde la banda nos dice que nunca se ha ido, aunque sean menos. Acompáñelos con alcohol.
23. Mirando a las muchachas. Con un traje, martini en mano, puro en boca y bigotillo al estilo M. Garcés, los del IMS (Instituto Mexicano del Sonido) nos encomendaron mirar a las muchachas a un ritmo beat-serenato-candombe y ése aire de misterio que todo galán mexicano descubre al mirarse al espejo antes de simpatizar con una chiquilla. Yeah!
24. Volver, volver. Tenemos pozole, tequila y lo ranchero en las venas. Ya es sabida esa frase patentada: "No vuelvo a tomar... no me vuelvo a enamorar... pa´la otra no apuesto..." Y ah!, como nos callan nuestros actos nuevamente. Seremos unos habladores, pero enamorados. Y por partida doble, somos la envidia desde tierras que nos conquistaron (que ahora reconquistamos al menos musicalmente): E.U. con representación de los skalseros Los Mocosos, pochos a más no poder; y Los Secretos españoles. A mi gusto son buenas versiones, y más cuando nos desangramos en la copa.
25. El Supermercado. ¿Argentinos? ¿Mexicanos? Algo así, o el mate con faritos. Un valsecito-milongo-vespertino, con aromas de licor, flores y papel mojado. Una caminata en el empedrado moderno (los baches llenos de asfalto) son el camino que nos llevan a los recuerdos, hojas secas que se barren con modernismo. El progreso del amor es olvidar lo que antes no fue y ahora nunca existió. Un manjar para los bohemios nocturnos, de la cocina de Paté de Fuá.
26. Nación Apache. Con una introducción/oda al humor involuntario de las viejas películas western dobladas al español ibérico, los Twin Tones deleitan con el surf-spaguetti-a-la-hoguera bajo una luna guerrera. Indios vs Vaqueros. Y unos pistolones con forma de guitarra. Poder bomba a la velocidad del tren. (Y de paso, el buque-plus nos llevará con la otra joyita: Doroteo Arango, un rockabilly-pisto a ritmo del acordeón)
27. Bicicleta Intergaláctica. Ay nomás mi negra! Sabor candela, con ritmos funkys, eléctricos, oníricos y wawancó. Esta es la música espacial para pedalear entre planetas arrítmicos y la órbita extrasensorial del baile gozoso que regala Bacalao Men. Recomendable para los días marcianos (aquellos donde nos hartamos de la ritualidad a lo cotidiano).
28. Men señará. Una chica Bebé, hace un par de años la sensación mundial. Este año pasado, el postre musical antes de llegar a casa. En serio que no sé que tiene que gusta, pero lo tiene una vez que se escucha varias veces repetidas (maldito Shuffle que no funciona). Lo cursi de la blasfemia, para viajar en bici al atardecer. Eléctrico-romance-disco-paradise-acaramelado.
29. Las Hojas. Robando un par de sentimientos, Vicentico glorifica a esos pedazos que robamos al ser que nunca pudo ser querido: un rizo de cabello, el borrador de la mochila, el boleto del camión. Trozos del alma que nos remontan a lo insatisfecho, para avanzar en la caravana rumbo al ataúd que ha de ser nuestro mar eterno. Amén y recuerden a esos amores juveniles y a los amigos.
30. Beyond the Clouds. El futuro fue ayer mis amigos. ¿Recuerdan a la chica bailando en los créditos iniciales de la Carabina de Ambrosio? ¿Recuerdan al menos ése programa? Pues la música sexy, cachonda, futurista y mal comprendida en sus tiempos (pero cómo pego gracias a aquellos movimientos de caderas), esta música pues, se la debemos a Quartz, que hasta el nombre lo tenían... bailemos pues!
31. Tuyo Siempre. Andrés Calamaro regresa al escenario y a esta lista con esta cumbia-porteña-te-quiero-pero-te-odio-blue, en conjunto a Bersuit Vergarabat. Canción chiquita para envalentonarnos y decir, aquí no pasó nada. Te llevaste mi corazón ingrata, pero recuerda que también me supe llevar algo tuyo. Y al pasito, viajaremos solos e incompletos. Otra muestra del porqué para mí es el Bob Dylan latino, o más grande que el original y discúlpenme los duros.
32. Danessa 33. Regresa regresa, Danessa 33!! le canta Afrodita, la reyna del Palenke eléctrico. El kitsch de los recuerdos, con caramelos, pasteles y aquellos patines de dos pares de ruedas. Una canción estúpida (eso que ni qué), pero divertida.
33. Punta de gente. Desde sudamérica, los supersónicos Agrupación Manamis, bailotangos, cumbitrónicas, murguas pastosas al son del saxofón y clarinete. Válgame con ésta juventud... si la anterior canción la consideré estúpida, no digamos sobre este grupo, pero entre más corriente, más me gusta. Vámonos a la playa, ¿no?
34. Amorcito. Rock and roll, rockabilly, surf, swing´a, todo el clásico de los clásicos: los 50´s han regresado montados en tres Gatos. Elvis no ha muerto, regresó de la tumba para apadrinar a estos chavos envaselinados y camisetas entalladas. Para una cita de hamburguesas y sodas, boliche y cadillacs. Arranquémonos mi amorcito, ooou yeah!
35. Changó. De la selva negra del caribe, trepan las Palmeras Kaníbales a alabar a Changó. Un ska lleno de plegarias para salvaguardar el ritmo sudoroso y tropical. Bailemos hermanados, que los dioses nos han de proteger. Será que los rituales ancestrales me llegan.
36. All you need is pop. De nueva cuenta, el renegado amante de Andrés Calamaro se ajusta una canción que parte todo estatus estereotípico y nos da la sentencia a muerte: todo lo que necesitas es pop, lo demás, ya está más que sobado. Una mordaz ironía para que tires lo que no funciona.
37. Urge. Los Mulatos con su salsa revuelven esta típica canción a petición del mariachi. Sale el violín para dar entrada a los timbales y las congas. Y de todos modos, suene como suene, nos urge el amor (pinches calenturas, para qué nos hacemos weyes).
38. Cumbia. La cumbia futurista por fin llegó para quedarse. Ya no es la cumbia barulera, ni el vallenato fiscal, ni la cumbia villera, la nueva reyna del baile va llegando (y si no, pregúntenle a la Tigresa de Oriente). Agrupación Cariño nos deleita con esta sonata eléctrica a la memoria de los que ingresan al club del mal gusto: Yndio, Temerarios, Yonics, Bukis y demás. Provechito.
39. Nitro. Dick Dale ataca con violenta marea las playas de la calma. Y saca muy bien sus pistolas surfers sin que se le moje la pólvora. Una ansia asesina de ir a toda velocidad entre acantilados, ya sea pedaleando, en la tabla o a cuatro ruedas. Cuidado con las vacas del camino. Un descansito y vámonos de nuevo al revolcón.
40. Ya ya (Ringe ringe raja). Un reggae-caravanesco-gitano-legítimo para bailar como honguito de Mario Bros. Si tienen calor, disfruten esta rolita a todo volumen y anímense con los coros (aaa-haaa-ha). Una canción sin complejidad, divertida y altamente contagiosa, como bien supo hacerlo Goran Bregóvic en directo.
Bonus Track: Demoler. Los Saicos. (sin comentarios, escúchenla y sobrevivan)
Y para satisfacer al oído, próximamente podrán escuchar a todo lo que me refiero.
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