Estoy en la calle... vacía como los ojos que no miran. ¿Porqué todos tratan de esquivar una mirada? ¿Existirá un miedo? He intentado muchas veces de ver directamente a alguien, pero nadie se encuentra en esa misma búsqueda o rehúsan a mantener el contacto. ¿Sonrisas? Tal vez, imaginándolo por las correrías detrás del otro.
Es una persecución para que nuestra sombra no se rezague. Distantes y eso que chocamos unos contra otros, como nubes que no se piensan. Aires indescifrables, cablerío enredado de diablitos y fantasmas. Esos lugares donde la gente entra y sale. Sigo buscando. Tal vez en el suelo se encuentre alguien, pero sin querer nos pisamos. Ver el cielo. Se pierde entre las fachadas. Entre puerta y puerta que no se cierra, o en las ventanas, rotas en miles de espejos y que esconden a otro tipo de fantasmas que nos tienen miedo.
Las sombras se alargan, como queriendo escapar de nuestras penas. O será que es nuestro ego, creciendo pero adelgazando nuestras esperanzas. No lo sé, estas cosas solo las observo y las mastico un poco. Por mientras, seguiré caminando en las vías de la ciudad, antes de que ésta muera.
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