Si acaso usted llega a recorrer la zona de Teotihuacan, para hacer su visita más amena, búsquese a este noble señor, con todo y sombrero y carisma. Sáquele plática si tiene tiempo. Y de paso, cómprele una de sus ocarinas (flautas de barro) al puro estilo teotihuacano. Son de las mejores que se escuchan dentro de la zona arqueológica. Por lo general lo encuentra paseando frente a la pirámide del sol, solo hay que seguir su rastro: la flauta que mejor suene y que tenga una armonía más hermosa.
Lamentablemente, olvidé su nombre, pero estoy seguro que a la siguiente que lo vea, le volveré a preguntar.
Y después, vaya por su pulque. !Y salud!
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