¿A dónde se fueron esas horas en las que pasaba intranquilo y sentado, sin pensar en nada más que mi voz interior?
¿A dónde se fueron aquellos amigos a quienes les compartía mi mal humor?
¿A dónde se fueron los pasos que seguía de mi propia sombra?
¿A dónde se fueron los versos que me visitaban a altas horas de la noche, para invitarme un par de tragos de amargura?
¿A dónde se fueron esos lugares desiertos donde me desnudaba sin perder el pudor de ser yo mismo?
¿A dónde se fueron aquellos juegos que se inventaban sus propias reglas?
¿A dónde se fueron esos recuerdos que tanto me hacían soñar?
¿A dónde se fueron esas tristes notas que en el fondo de la cama me alcanzaban con sus rasguños?
¿A dónde se fue el dolor de la vida, las penas a las que mi altar estaba levantado?
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