Una piedra se destroza
cuando la indiferencia
es agua cotidiana,
un río de ingratitud.
Gritos entre mis pestañas,
no puedo verlos
de tanto ruido.
No es natural sentirse mal,
cuando todo el mundo
da para recibir las alegrías,
aquellas que, intermitentes,
están esperando bajo la ropa.
15-ene-10
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